Viendo un documental estupendo sobre arquitectura japonesa por cortesía de Arquia, la Caja de Arquitectos, he aprendido un concepto que me ha encantado. Se trata de la idea de Kochuu: 壺中, o «dentro de la jarra». Tal y como explica en el documental el arquitecto japonés Kisho Kurokawa se trata de crear, dentro del lo pequeño, todo un universo. Ese concepto se empezó a desarrollar en el período Edo.
En el video, arquitectos nórdicos y japoneses hablan de la forma de hacer en la arquitectura japonesa, y de qué aspectos de aquella han resultado más influenciados arquitectos occidentales. Entre los nipones Kisho Kurokawa, Toyo Ito, Kazuo Shinohara y Tadao Ando.
Escuchando lo que cuentan me doy cuenta de que están poniendo en palabras lo que uno percibe cuando anda por las calles de las ciudades japonesas, cuando entra en las casas, en los museos, en los templos, en los parques …
El título del documental ya tiene miga, y da mucho que pensar pero no queda ahí la cosa. Entre todos empiezan a dar un repaso estupendo sobre cómo piensan, cómo idean, en qué se basa todo ello y ahí ya empiezo a pensar, como diría Ignacio Collado (el de Buscando el Hilo, el hijo de la Sole, el de estudio é) «pero que listos».
Entre los testimonios: «Cuando la gente está fuera no sabe lo que hay dentro, y nace la reflexión … ¿como será por dentro?» «En la arquitectura japonesa el dentro y fuera (naka-soto) tienen un límite difuso» «El caos no tiene por que ser algo negativo sino algo fascinante»-(refiriéndose a ciudades como Tokio) «Se crea algo naturalista en medio de la ciudad» «Lo que el ojo no ve es más importante que lo que ve, ahí radica una de las diferencias con el materialismo europeo y americano» «Lo que significa un espacio pequeño, puede llenarse de grandes pensamientos» «La forma del edificio no está determinada por el exterior, sino que emerge hinchándose desde el interior consiguiendo una sensación de amabilidad en la gente» «Romper lo simétrico» «Resaltar la irregularidad» «En las construcciones japonesas el engawa (pasarela exterior a los ventanales, especie de porche) se convierte en una parte del jardín cuando hace buen tiempo, cuando llueve protege la casa y no se usa, permite estar más cerca de la naturaleza en esa ambigüedad del dentro-fuera».
Algunas de los lugares que salen:
Yo me quedé pensando en el lugar en el que yo vivo, el cual diseñé yo y construyó mi padre (Emilio, el carpintero, el hijo de la Frasquita, nieto de Marianillo «El Rubio») con sus manos y con la ayuda de mi madre (la Cati) y mía. ¿Como iba a saber yo todo eso del dentro-fuera? ¿De la naturaleza? ¿De la ambigüedad? ¿De lo que no se ve? … Aparentemente lo sabía, aunque no lo supiese.
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