Un sitio especial se merece una entrada única. Ese sitio es el templo de la escuela zen Rizai «Ryôan-ji» 龍安寺. Símbolo de Japón casi tanto como la puerta flotante de Mijajima, son mis dos sitios preferidos dentro de este país.
El sitio es conocido por su jardín de piedras 石園. Este jardín de solo 25×10 metros orientados de este a oeste se convierte en un sitio mágico especialmente a primera hora de la mañana (está abierto desde las 8 am. y es muy recomendable llegar a esa hora), cuando se puede sentar uno en silencio a disfrutar de la tranquilidad del lugar y de la belleza de algo tan simple como esto.
El jardín está compuesto por solo 15 piedras, algo fuera de la fastuosidad de otros muchos jardines pertenecientes a la corte o en localizaciones «nobles» muy numerosas en Kioto. De estas 15 piedras siempre hay una que se esconde te sientes donde te sientes a lo largo de la pasarela que mira hacia el jardín.
Aunque el monje zen Tokuho Zenketsu, supuesto autor del jardín alrededor del 1500 dC, no dejó ninguna explicación sobre el jardín, se podría decir que representa a un universo cambiante (por eso siempre hay algo diferente, mires desde donde mires siempre faltará una piedra).
Si caminas al otro lado del pabellón desde el que se contempla el jardín se puede encontrar una joya casi tan conmovedora como el jardín. Se trata de una especie de lavabo de piedra o tsukubai つくばい, cuya función estaba en el salón de té del templo. Este mismo lavabo tiene una inscripción singular que traducida podría decirse como «Solo aprendo como ser contenido», lo cual podría traducirse como «Aquel que aprende a estar satisfecho es espiritualmente rico, mientras que el que no aprende a estar satisfecho será espiritualmente pobre incluso si es materialmente rico».吾誰足知。